Pequeños productores misioneros apuestan a diversificar la tierra sin depender de insumos químicos. La transición hacia la agroecología crece y se convierte en un modelo que despierta interés internacional.

La agroecología avanza con fuerza en Misiones. Cada vez más productores eligen diversificar sus chacras sin depender de insumos químicos. Entre ellos está Juan Carlos Furlan, uno de los referentes de esta transformación, que comenzó a principios del año pasado al retomar la producción de trigo.

“Vimos la necesidad de diversificar cultivos. Recuperamos algunos que se habían dejado de hacer, como el trigo”, contó. La primera experiencia fue en Cerro Corá durante el invierno pasado. “Superó las expectativas. Hoy más de diez productores ya muestran espigas en distintos puntos de la provincia”, celebró.

El cambio va más allá de lo productivo. La crisis global por el encarecimiento de los insumos químicos acelera la transición hacia sistemas más sostenibles. “Es un fenómeno que vino para quedarse. Los productos petrodependientes nos llevan a un sistema destinado a colapsar”, advirtió Furlan.

El interés internacional crece. Países vecinos y del exterior miran a Misiones como ejemplo de soberanía alimentaria y resiliencia productiva. “Hoy no solo hablamos de salud. Hablamos de garantizar un plato de comida. Lo que antes era bandera de la agroecología ahora es una necesidad global”, agregó.

Según Furlan, el 90% de los pequeños productores de Misiones ya transitan el camino hacia la agroecología. Son 26 mil familias campesinas las que sostienen la mesa de los misioneros. “El campesino que ama la tierra ya no puede comprar químicos. La transición es irreversible”, afirmó.

La agroecología dejó de ser solo una opción saludable. Hoy se perfila como la base para garantizar alimentos frente a un modelo agroindustrial que muestra señales de agotamiento.