Leandro N. Alem – Dueños. Una palabra que cobra significancias indescriptibles en cientos de  vecinos que luego de habitar por décadas en forma irregular sobre sus lotes recibieron el pasado jueves su boleto de compraventa de parte de la Municipalidad local para poder iniciar los trámites de su título de propiedad.

Dentro de uno de los grandes ejes que se trazó el gobierno municipal de Matías Sebely está un ambicioso plan de regularización de tierras municipales luego que por muchos años los mismos habitaban esos espacios a través de precarios comodatos de escaso tiempo que “los tenían de rehenes políticos del intendente de turno” explicaba el jefe comunal que le otorgó con este paso una previsibilidad anhelada por muchos tiempo por quienes fueron beneficiarios del barrio 005, 20 de Junio, Evita y Sagrada Familia.

Situación irregular

A lo largo de los años y con el crecimiento de la ciudad la demanda de tierras por parte de los habitantes para poder establecer sus viviendas ha sido constante y en ese contexto la Municipalidad comienza a tener un rol preponderante a través de otorgar pequeños espacios y terrenos para ese fin.

Pese a la finalidad social que significaban estos otorgamientos el sistema presentaba una especie de trampa de la que se servían muchos dirigentes o referentes políticos, otorgándole a quienes necesitaban disponer de un espacio de tierra, un comodato por el tiempo que duraba el mandato del intendente actual lo que producía una incertidumbre constante a la hora de tener que expresarse libremente en las urnas.

Durante su campaña a la intendencia Sebely en todas las reuniones con estos vecinos prometió “terminar con esos vicios de tener de rehén a la gente” y se obligó a regularizar estas situaciones dominiales “porque hace a la dignidad de las personas pero aparte es un derecho que tienen de tener la previsibilidad en el tiempo de que sus tierras son de ellos” expresaba el alcalde.

Así, la tardecita noche del jueves el salón auditorio del ITEC Alem recibía a mas de 600 vecinos que se acercaron a buscar el tan ansiado papel que por primera vez ante la ley los transformaba en propietarios, luego de haber esperado en algunos casos más de 40 años como los casos del barrio Sagrada Familia donde ya tres generaciones habitan el terreno y nunca podían tener la tranquilidad de sentirse y poder decir al mundo que “son dueños de sus casas. Estamos creciendo de verdad” reflexionaba Sebely para finalizar..