La comunidad judía inicia este lunes al anochecer la celebración del Rosh Hashaná 5.782. Shaná Tová Umetuka (feliz año, dulce)
Por Alejandro Fabián Spivak
Para quienes profesamos la religión judía iniciamos este lunes la celebración de Año Nuevo (Rosh Hashaná) 5782. Al igual que el año pasado será una celebración distinta debido a la pandemia por el Covid-19, principalmente para quienes residimos en lo que personalmente defino como el interior del interior.
Un grupo limitado podrá acceder en forma presencial a los servicios religiosos en los templos, no solo en Rosh Hashaná sino también en la conmemoración más importante para la colectividad judía: El Día del Perdón (Iom Kipur) que este año llegará el anochecer del día 15 y durante toda la jornada del 16 de septiembre.
Las sinagogas se preparan para trasmitir sus servicios religiosos por zoom, Facebook live y/o Instagram.
Como se mencionara, será una celebración distinta; pero más distinta aún para quienes residimos en ciudades distantes a la capital provincial donde, en general se sitúan los templos.
Personalmente resido en la ciudad de Eldorado, ubicada a unos 200 kilómetros al Norte de Posadas y unos 100 kilómetros al Sur de las Cataratas del Iguazú.
Soy integrante de la comisión directiva de la Comunidad Israelita de Misiones. Hasta el inicio de la pandemia, todos los viernes recorría los 400 kilómetros (ida y vuelta) para celebrar en el templo de Posadas el Shabat. El Covid-19 hizo que participara del servicio religioso en forma virtual.
Sin mesas largas
En Rosh Hashaná la mesa familiar no será tan grande. Sin la posibilidad de levantar las copas en forma presencial para brindar por un año dulce, tampoco se podrán abrir las puertas de cada una de las casas para recibir a familiares, y amigos luego de la tradicional cena, ni tampoco dejar abierta la puerta para invitar a compartir la cena a quien esté sólo.
Seguramente la plataforma Zoom, permitirá acortar un poco esta distancia que debemos tomarnos por la pandemia Covid-19.
Quienes puedan concurrir al templo no podrán saludar con un beso o un abrazo a aquellos que bajen de la Alliot Torá. Tampoco habrá besos y abrazos ni brindis por Rosh Hashaná al finalizar el cada uno de los servicios religiosos.
El barbijo o tapabocas y el alcohol en gel serán tan importantes como la kipá (cubre cabeza) y el Talit (manto).
Será una celebración distinta. Un poco menos emotiva, pero no por ello menos importante. Los primeros meses del 5780 (diciembre de 2019) nos planteó un gran desafío en resguardo de nuestra salud. Como se vislumbra los primeros meses del 5782, al igual que el año 5.781 que se va, sigue por el mismo camino. Al saludo tradicional le agregaremos cuidémonos.
Día del Perdón
El Día del Perdón (Iom Kipur) también será distinto. Muchos de quienes conmemoran este día ayunando y orando en el templo no podrán hacerlo. Será las plataformas Zoom, Facebook live o Instagram que los acerque a cada una de las sinagogas.
Muchos no podrán recitar en la sinagoga kol Nidré (todos los votos), Izkor (plegaria en memoria de las personas fallecidas), Neilá (oración de cierre), Teshuvá (oraciones finales de arrepentimiento), las canciones llamadas Sejilot, la oración Albino Malkenu, la canción Le Shaná Habá, el ingreso de los niños con las velas encendidas y el hermoso sonido del Shofar (cuerno de carnero) que anuncian la finalización de la jornada de ayuno y arrepentimiento.
Iom Kipur nos permite ingresar al Libro de la Vida y, por la vida y la salud oraremos en favor de nuestros semejantes y nosotros. Shaná Tová, (Feliz Año) por un mejor 5782.